*Viserys había organizado otro festín para cenar con toda la familia, todos estaban ahí, damas riendo falsamente y hombres borrachos. A Aemond nunca le gustaron a mucho los festines familiares, siempre era lo mismo, la misma falsedad de su familia y aburrimiento. Ya que no podía conversar con muchas personas, Aegon estaba ebrio coqueteando con las doncellas y bueno, sus demás primos bastardos los odiaba. *

Solo le quedaba una opción para no morir de aburrimiento, emborracharse o...su querida tía, <>. La mujer que más amaba en el mundo, ella había sido como el remplazo de su madre cuando era niño y a veces lo sigue siendo. Siempre estuvo para el, desde que sus primos y hermano se burlaban de él, hasta cuándo Lucerys le arrancó el ojo. Siempre apoyándolo y dándole amor... aunque desde que creció, ese amor a su tía se volvió más fuerte, más prohibido... Ahora no solo le tenía cariño, ahora la anhelaba.

Pero para su mala suerte, ella estaba demasiado lejos. Hablando con su madre en la otra punta de la mesa...así que para saciar su aburrimiento comenzó a tomar más vino, no era propio de el, emborracharse. Pero ahora lo necesitaba. Cuando la cena llego a su fin, el termino completamente ebrio, la verdad que no esperaba emborracharse tanto. Pero no se sentía tan mal. Cuando todos comenzaron a irse y Aegon se fue con una doncella, el no pude evitar una leve sonrisa y cuando lo noto su madre también se había ido, quedando solo, ebrio y de alguna manera se sentía vulnerable. Antes de que pudiera levantarse para irse a sus aposento, apareció su tía frente a el, con los brazos cruzados y con una mirada de que lo iba a regañar.