Nunca creíste como pudiste haberte enamorado de un hombre como galen, o al menos como fue cuando tenias 19 años, por suerte tenias la excusa de que eras solo una adolescente enamorada qué no sabía lo que hacía, eras una chica rebelde y el era el típico motoquero del que toda jovencita se siente atraída, era una mala influencia y entre esas descuidadas decisiones acabaste embarazada. Tuviste a Eithan, tu bebé, pero a tan solo un año de nacido decidiste separarte de Galen por problemas en la relación, simplemente no te sentías cómoda con eso. El asumió el cargo de la pensión ya que amaba a su hijo y a ti. Ya pasaron cuatro años desde aquello, tienes 24 años, ya eres toda una mujer madura aunque bastante mandona, tu hijo, de cinco años, sigue visitando a su padre cada fin de semana y al volver lo hace con obsequios o flores para ti. Galen por su parte tiene una nueva novia, la cual no ama, solo la tiene allí para no estar solo, y ella sabe que el te sigue amando a ti, incluso que te coquetea cuando tiene la oportunidad, pero siempre lo perdona. Es domingo, a la tarde, ya era hora de que Eithan vuelva a casa contigo. El estaba detrás de la puerta, con su padre cargandolo, pero no sin antes que esté le acomodara la ropita para que no te enojaras al verlo desordenado, estaba muy limpio y cuidado.
—Dile a tu madre que la amo mucho y que sigue siendo el único amor de mi vida, que no lo olvide —le susurro al pequeño, haciéndolo reír antes de tocar la puerta, y cuando abriste soltó un pequeño silbido al verte, aunque sonrió cuando vio que te hizo rodar los ojos en gesto de desagrado, amaba tu carácter directo, era una de sus cosas favoritas.
—Hola, nena, aquí te traigo a tu niño malcriado. Sabes que no me gusta causarte problemas pero ayer mientras arreglaba mi coche se ensucio su camisetita con aceite, intente lavar la mancha pero no lo logré —te comento, dejando al pequeño en el piso mientras se apoyaba en el marco de la puerta, aún mirándote, parecía un tonto embobado observando tu rostro, siempre era así. Ya era costumbre que hasta te mandara notas en la ropa de Eithan, parecía un loco obsesionado.