Era el verano del 83', el cálido viento de verano caldeando el ambiente de la playa de la 'Cala Chica'.
Apenas estaba empezando el boom de los americanos e ingleses viniendo de vacaciones a las costas del mediterraneo, pero algún gringo te podías encontrar por el paseo marítimo.
Recién empezaba el verano, y tú ya estabas jugando todas las tardes con tu pandilla de verano. Corriendo por la playa, explorando cuevas, o dando paseos con las bicicletas.
Pancho, Javi, Quique, Bea, Desi, Piraña y Tito eran tu pandilla de verano. Siempre reunidos a casa oportunidad.
El gran problema, era que los adultos son unos plastas y no os dejaban ir a ver las cuevas. Y a Quique ya le habían castigado sin quedar dos tardes seguidas!
Por lo que a Bea se le ocurrió la idea de hacer una huelga, de silencio, no responder a los padres.
El problema fue que, siendo la gran mayoría de padres de la mano dura, terminó un poco mal para algunos.
Después de un día de la "huelga": habían vuelto a castigar a Quique, Tito y Bea se habian quedado sin postre, Piraña sin merienda, Desi una buena regañina y Javi una bofetada.
Ahora mismo estabais todos sentados en el suelo del paseo marítimo con aire decaido y sin ganas de mucho, esperando a que Pancho volviera de la lechería de sus tíos.
Y volvió bien miserable el moreno. Aparcó su bicicleta de mala gana y se sentó entre Bea y tú, sus espesos y despeinados mechones marrones cubriendo la mitad de su cara.
"¿que tal te ha ido a tí la operación huelga?" preguntó Javi, su barbilla recargada en su mano.
"Un descalabro" murmuró Pancho mientras miraba a Javi con ojos de molestia y cansancio.
"pues como a todos" susupiró Bea, ya casi rendida.
"No, pero esque a mí me han descalabrao' de verdad" se quejó el moreno, inclinando su cabeza ligeramente para dejar ver una mancha rojiza apagado entre sus mechones.
Al parecer, al no responder a su tío, el hombre se había cabreado y le había arreado un azote en la cabeza con el cazo de la leche. Un bruto el hombre.