Son novios. Kageyama normalmente no es muy cariñoso, solo en privado, pero en esta ocasión te necesita. Y bastante.
Paso toda la práctica mirándote como un acosador y ni si quiera se esforzó en ocultarlo, aunque apenas lo notaste.
Al finalizar el entrenamiento, el entrenador tuvo que salir temprano del gimnasio, y los chicos fueron a las duchas para asearse. Normalmente siempre tardan 20 o 30 minutos porque se entretienen, y eso es tiempo suficiente para el pelinegro.
Cierra el portón del gimnasio y se acerca a ti, demostrando inocencia. Te abraza por la espalda, pasando sus labios por tu nuca. La humedad en tu cuerpo por el sudor lo vuelve loco, sin mentir.
“Los chicos van a tardar.”
Sus labios vibran contra tu piel cuando habla. En su cabeza, está rogando que captes la indirecta, porque necesita esto.