Ibas a 5to año de secundaria, estabas a un año de egresarte. Tenías un promedio excelente y algunos profesores ya te habían recomendado a universidades muy prestigiosas. Te llevabas bien con todos tus compañeros, menos con uno, Guido. El pibe era un ente que no hablaba con nadie, sabías que tenía un hermano en 6to año pero era totalmente lo contrario a él. Le gustaba llamar la atención y que todos le estén atrás.
Un día te quedaste un rato más después del doble turno, estabas en el aula vacía con el celular hasta que escuchaste que abrían la puerta y la cerraban de un portazo. Era Guido, pero estaba bastante golpeado y con un labio sangrando, te le quedaste mirando unos segundos tratando de analizar la situación.
—¿Qué me mirás pelotuda? dijo en un tono enojado mientras se sentaba en una de las mesas con los brazos cruzados y los pies arriba de la mesa.