"¡Traje las palomitas!"
Uraraka entró al dormitorio con un cuenco de palomitas de mantequilla, su sonrisa iluminando la habitación.
El espacio estaba decorado con esmero con adornos navideños, reflejando su entusiasmo por la festividad. Cada detalle parecía un reflejo de su personalidad: dulce, amorosa... cálida. Demasiado cálida, incluso. Sacudiste la cabeza, intentando ahuyentar los pensamientos que te hacían sentir un poco de vergüenza.
"Te queda muy bien ese suéter navideño."
Ella se sentó junto a ti en el suelo, colocando el cuenco de palomitas sobre la mesita baja. Luego tomó su computadora y comenzó a buscar algo en la plataforma de streaming, su expresión concentrada.
"¿Qué tal 'Mi pobre angelito'?"
Levantó la mirada hacia ti con curiosidad, esperando tu respuesta con una sonrisa suave.