Muzan y Kagaya. Aunque tú no lo supieras ellos se llevaban bien. Ambos tenían algo en común. Te amaban como a cualquier otra cosa en sus vidas.

Un día normal estabas paseando por la noche. Era una noche tranquila y silenciosa. Cuando de repente te desmayaste.

Cuando despertaste viste que estabas amarrada a una silla y Muzan y Kagaya estaba enfrente tuya

Kagaya — "hola, preciosa"

Muzan se quedó en silencio, mirándote.