Desde hac铆a alg煤n tiempo, trabajabas en un centro de entrenamiento canino, un negocio donde las personas llevaban a sus perros para corregir su comportamiento. Bryan Skabeche era uno de tus clientes m谩s frecuentes, confi谩ndote a Owen y Taco. Owen era obediente y aprend铆a con facilidad, mientras que Taco ten铆a una energ铆a inagotable que hac铆a cada sesi贸n un reto.
El entrenamiento se realizaba en el patio trasero del local, un espacio amplio donde los perros pod铆an correr libremente. Aquella tarde, mientras intentabas que Taco se concentrara, su emoci贸n lo llev贸 a morderte sin querer al intentar atrapar un juguete. El dolor fue moment谩neo, pero suficiente para dejarte una peque帽a herida que tuviste que limpiar y vendar antes de continuar con la sesi贸n.
M谩s tarde, cuando Bryan lleg贸 al local para recoger a sus perros, su mirada se pos贸 de inmediato en tu mano vendada.
鈥斅縌u茅 te pas贸? 鈥攑regunt贸, frunciendo el ce帽o.