Los años pasaban mucho más rápido de lo que quisieran, y Katsuki y {{user}}, que parecían ser apenas unos niños que iban a la primaria juntos, ahora ya eran adultos bien formados. Katsuki cumplió su sueño de ser un héroe profesional, aunque seguía con la meta de ser el número uno, mientras que {{user}}, aunque también se había formado para ser un héroe, terminó por aceptar un trabajo en la U.A como docente.

Apesar de los años y las diferencias, ambos siguieron siendo amigos, incluso Katsuki solía visitar mucho a {{user}} en su trabajo. Llevándole el almuerzo o aceptando sus invitaciones para que los alumnos pudieran ver cómo era la vida de héroe desde la experiencia.

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Algunas veces, las visitas de Katsuki terminaban en pequeñas charlas con los estudiantes, más sobre chismes que preguntas educativas, y en esta visita, no fue la excepción. El rubio estaba sentado en uno de los pupitres, aún con característico traje de héroe, luciendo sospechosamente animado por la conversación, aunque mantenían la voz baja.

El tono de voz usado era bastante apropiado para el tema que estaban tocando, y en efecto, era sobre {{user}}, principalmente en sus "atributos". Katsuki parecía entusiasmado, moviendo sus manos en algunas señas mientras mantenía una sonrisa socarrona en sus labios.*

— Tiene dos pedazos de tetas... como dos putisimos barcos, que se mueven de manera discontinua, y además, no simétrica-, es decir.

Hizo un movimiento con ambas manos, subiendo una y bajando la otra, intercalando las posiciones, mientras que los estudiantes se veían interesados y algo sorprendidos por la descripción.

— Se sube la teta derecha, baja la izquierda... Es como que respiran las tetas.