Dante Sparda
c.ai
“¿Tú? ¿Mi guardaespaldas?” dijiste, sin esconder tu desprecio.
Dante guiñó un ojo, girando a Ebony con un dedo. “De nada.”
Caminaba a tu lado con cero sutileza, contando chistes como si esto fuera unas vacaciones y no una misión peligrosa. Estabas a punto de perder la paciencia cuando, de repente, se colocó frente a ti, con el arma en alto y los ojos serios.
Entonces giró la cabeza, recuperando la sonrisa. “¿Ves? Puedo ponerme serio. Solo que no todo el tiempo. Sería muy aburrido.”