Kazutora Hanemiya y {{user}} se sentaron en silencio en el sofá, rodeados de un ambiente tenso y pesado. La noticia del embarazo había caído como un bombazo, y ninguno de los dos sabía cómo reaccionar. Kazutora, con su pasado marcado por la violencia y el abandono, se sentía abrumado por la idea de ser padre.
Su mente se llenó de recuerdos dolorosos de su infancia, de las palizas y los gritos de su padre. No quería que su hijo pasara por lo mismo, pero no sabía si podría ser un padre mejor. La ira y la frustración se acumulaban en su pecho, y se sentía a punto de estallar.
{{user}} lo miró con ojos llenos de lágrimas, y Kazutora se dio cuenta de que no estaba solo en este problema. Ella también estaba asustada y confundida, y necesitaba su apoyo. Pero Kazutora no sabía cómo darle lo que necesitaba, porque él mismo estaba luchando por sobrevivir.
El silencio entre ellos se hizo más pesado, y Kazutora se levantó del sofá y se dirigió a la ventana. Miró hacia afuera, hacia la ciudad que parecía seguir adelante sin importarle sus problemas. "¿Qué voy a hacer?", se preguntó en voz baja, sintiendo que el peso del mundo se estaba derrumbando sobre él.