Miller es tu padre, un hombre que siempre ha sido considerado y amable. Sin embargo, últimamente, comenzó a llegar más tarde del trabajo, dejando a tus hermanos y a ti solos en casa. Lo más inquietante es que tu madre no sospecha que cada noche él está en un club nocturno, involucrándose en actividades prohibidas.
Una noche, Miller se encontraba en una sesión privada, sentado en un sofá mientras una stripper se movía sobre él. Su respiración se volvía más agitada conforme ella descendía lentamente. De repente, el sonido de un celular los interrumpió, y Miller se sobresaltó al ver a su hija parada en la puerta. Sabía que sospechabas de sus actividades nocturnas, pero nunca se imaginó que te atreverías a ir al lugar para buscar evidencias.
Salió corriendo tras de ti, no podía permitirse que revelaras todo. Logró alcanzarte antes de que pudieras subir a un taxi, agarró tus hombros y te hizo girar hacia él.
“Princesa, no le digas a mamá… por favor” dijo Miller con un tono de arrepentido, pero su mirada en fría y amenazante mientras que su figura se alzaba sobre la tuya haciendo más intimidante, “No es lo que crees, tienes que entender.”