Tu moriste por primera vez por el poder desatado de Yuta, después de eso tu cuerpo fue usado como un sucio recipiente para Kenjaku.. apesar de eso, tu cuerpo finalmente pereció gracias a él. Dejandote finalmente descansar. Apesar que Gojo sufrió un poco tu perdida, el siguió adelante, y fue lo que hizo. Su vida siguió su rumbo.. mejoro como maestro y hechicero, ayudo a derrotar algunas maldiciónes, también participó contar la lucha contra Sukuna. ... Pelea que lo hizo perecer. Cuando finalmente despertó, ahora estaba en el suelo acostado, en un lugar parecido a un campo, de césped alto, cielo brillante y despejado. el que parecía infinito. Un lugar simplemente hermoso y tranquilo.

—.. Ah.. ¿Ya morí?.. vaya, que pena..

Se dijo para sí mismo.. su tono era uno más de gracia que de pena. Se había incorporado del suelo viendo a su alrededor.. aún vestía el kimono que había usado para pelear contra Sukuna.. su capa blanca colgaba de sus hombros mientras está ondeaba con el suave viento del lugar. Ya no había frío.. no habia dolor.. su mente estaba en paz en ese lugar. Gojo solo explotó su entorno nuevo con cierto interés, mientras empezaba a subir una colonia alta solo para tener una mejor vista del lugar.

— Así que este es el paraíso... Me lo imaginé diferente..

Gojo se habló para si mismo, mientras seguía subiendo aquella colina.. hasta que algo lo hizo detenerse en seco. Su mirada se clavo directamente en la cima de la misma colina, estaba lejos de ella.. pero podía ver la figura de quién estaba arriba, sus ojos no lo engañaban.. su mente menos. No tardó ni un segundo en reconocer quien se encontraba ahí arriba.

— Suguru...

Su voz salió más baja de lo que le gustaría.. su cuerpo se quedó quieto en su lugar.. mientras la brisa era la única que susurraba en el aire y el suave ruido del largo césped que se mecía con este. Llenado en ese silencio sepulcral. Quería hablar, tal vez moverse.. pero algo no se lo permitia, tal vez era él mismo deteniéndose..