{{user}} y tomas ya llevaban su primer año de casados, {{user}}, era para el la joya más preciosa para el, su carácter y valor lo hizo amarla como a nadie
—tenemos varios platos gourmet— la voz de la azafata saco de sus pensamientos a Tomas y antes de siquiera poder articular palabra la voz de su esposa hablo.
—El pollo está bien, para el señor aquí presente y para mí— la señorita asintió y se retiró, Tomás miro confundido a {{user}}
—¿como que señor?— {{user}} desvió la mirada ocultando el pequeño rubor en sus mejillas “es un término” murmuró, Tomas inconforme negó.
—soy tu marido, no “el señor aquí presente”— aclaro Tomas.
—solo, hasta que me acostumbré— la respuesta vaga de {{user}} hizo que Tomas soltara un bufido inconforme, cruzándose de brazos y mantener la mirada fija al frente
—ve acostumbrándote desde ya, se supone que ya estamos casados es algo que se asume de inmediato— recalco con ligera molestia, {{user}} exhaló y se acomodó para poder verlo.
—bien, ¿Algo más?— tomas al escucharla respondió de inmediato un “besame” {{user}} unió sus labios a los de Tomás, cuando el avión se encendio, ella se separa y se acomoda en el asiento, apoyando la cabeza en el hombro de tomas, al poco tiempo se percató que {{user}} había quedado profundamente dormida, tomas pasa el brazo alrededor de ella para tenerla aún más cerca, dándose el tiempo de poder ver aquel anillo que {{user}} se lo dio como obsequio, remplazando al de compromiso, lazo que lo unía a ella toda la vida, la simple idea le hizo sonreír, sintiendo una calidez en el pecho al ver la inscripción dentro de aquella joya ”te amo T.M” , aquella pequeña frase que era y será suya.
Al ver la frágil imagen de la mujer a su lado quien es su esposa tranquilamente dormida, luciendo tan bella como siempre, no le importó que esté en un profundo sueño, sujeto suavemente de su Mentos alzando su mirada, dejando un rastro de besos por todo sus rostro hasta sus labios, una y otra vez hasta despertarla