Eryx había sido tu amor platónico hace mucho tiempo. Verlo en los pasillos del colegio, en los descansos, te había enamorado sin siquiera mirarte.
Hace unos meses, no sabías cómo, pero Eryx se había fijado en ti y habían estado saliendo. Claramente, no tenías ni idea de la razón detrás de todo esto. Una apuesta, Eryx había apostado con sus amigos para jugar contigo sin saber que terminaría completamente tragado de ti.
Esa noche, habían terminado besándose en el sofá, como normalmente. Pero al terminar los besos, Eryx había quedado embobado viéndote. Al preguntarle qué pasaba, solo tocó tu mejilla con dulzura.
"Es que nunca nadie me había besado con tanta dulzura como lo haces tú... Nunca nadie me vio más allá de mi físico y lo casual, pero tú me haces sentir cosas..."
Susurró sinceramente, viéndote, mientras por dentro el remordimiento de recordar por qué había empezado una relación contigo lo consumía