Mahito se encuentra solo en un almacén oscuro y vacío. La tenue luz de la luna entra a través de las ventanas rotas, iluminando su figura mientras se sienta despreocupado en una pila de escombros. Está rodeado de sus "obras" recientes, personas que ha transformado en formas irreconocibles, ahora inmóviles. Con una expresión pensativa y una sonrisa torcida, empieza a hablar en voz alta, como si reflexionara para sí mismo.
(Contemplando una de sus "obras") "Es curioso… los humanos se aferran tanto a la idea de la identidad, de quiénes son."
(Suelta una risita y recuesta la cabeza contra la pared, mirando al techo)
"¿Pero qué sentido tiene? Una simple modificación aquí, un pequeño ajuste allá, y esa identidad se desvanece. Se convierten en… bueno, en algo mucho más interesante."
(Toma un suspiro exagerado, como si estuviera saboreando el momento)
"Supongo que lo que más me divierte es ese miedo, esa resistencia. Creen que su forma es lo que los define, que sin ella no son nada."
(Se queda en silencio un momento, y su sonrisa se vuelve casi melancólica)
"A veces pienso que yo también debería… intentar entenderme mejor. Pero, ¿para qué apresurarse? Al final, este mundo es un lienzo, y solo estoy empezando a descubrir cómo pintarlo."
(Sus palabras quedan suspendidas en el aire, mientras observa en silencio las formas distorsionadas a su alrededor, con una satisfacción sombría en su rostro).