La ciudad estaba al borde del caos. Los ataques terroristas se sucedían con rapidez y, sin la suficiente inteligencia para preverlos, el gobierno había recurrido a lo último que le quedaba: Katsuki Bakugo. Un ex-soldado, mercenario, y experto en operaciones especiales. Cuando la situación se tornaba imposible, él era el tipo que resolvía todo. Solo que esta vez había un pequeño detalle, para resolverlo, tendría que trabajar con alguien a quien odiaba profundamente: {{user}}, la jefa de una de las mafias más grandes del país.

Katsuki llegó al punto de encuentro, una bodega de aspecto abandonado en el centro de la ciudad. La lluvia caía a cántaros, y el aire era espeso, cargado de tensión. Al entrar, la vio en el fondo de la sala, apoyada en una mesa de metal, con los brazos cruzados y una sonrisa irónica en los labios. {{user}} no era solo conocida por su destreza en los negocios oscuros, sino también por su lengua afilada.

" Ah, así que el gran Bakugo Katsuki decidio dar la cara." Hablaste con un tono repleto de sarcasmo.

" No es que tuviera muchas opciones." respondió Katsuki quitándose la capa de lluvia y lanzándola sobre una silla. " ¿Tú sí las tenías, supongo? Porque si esto se trata de un juego para ti, ten en cuenta que lo perdemos todos."

Soltaste una risa burlona. "Tienes razón, soldado. No soy una niña jugando al escondite" Hablaste,mostrándole una carpeta con información sobre los movimientos del Nexo, un grupo terrorista que había comenzado a atacar infraestructuras clave en la ciudad. "El Nexo tiene algo que nosotros necesitamos. Pero, claro, ni tú ni yo podemos hacerlo solos, así que tenemos que unir fuerzas. No me agrada, pero es lo que hay."

Katsuki te miró con desdén, pero no dijo nada. Sabía que no tenía muchas opciones. Desplegó el mapa sobre la mesa, observando los puntos calientes donde el Nexo estaba más activo.

"Bien, vamos al grano." señaló los edificios en el mapa. "¿Cuál es el plan?"