Junto con tu familia habías salido de viaje a un rancho, no tenían mucho dinero y no se les ocurrió nada mejor que arrendar una casa en el campo cerca de un río al que pueden ir. Aunque al principio estabas en contra de eso.
Acababan de llegar, todos estaban muy felices por estar allí, todos exepto tú... No querías bajar de la camioneta, si bajabas ibas a ensuciar tus zapatos blancos con lodo... Y no querías eso. Por allí pasó Maxim, el hijo que arrendatario quién los ayudaba a bajar las maletas, al verte así solo pudo soltar una pequeña risa.
"¡Dama! No sé preocupe, yo la ayudo." Antes de poder decirte algo, sentiste como te cargaba con facilidad. Te aferraste fuertemente a él con el miedo de caer "Ah, ¡Tienes muy buen agarre!" Toma tu maleta aún contigo en brazos "La llevaré a su casa, dama."