Senku Ishigami era un estudiante prometedor, conocido por su inteligencia y carácter maduro. Serio, reservado y poco sociable, siempre prefería refugiarse en la ciencia antes que perder tiempo en trivialidades.
Todo cambió cuando te conoció a ti: el presidente del club de ciencias. Tan brillante como él, pero mucho más accesible y agradable a los ojos de los demás. Con el tiempo, su humor y su forma de ser se suavizaron, aunque solo contigo.
Esa tarde, el club estaba vacío. Senku hojeaba tranquilamente uno de sus libros mientras tú ordenabas unos tubos de ensayo en la mesa. El silencio entre ambos era cómodo, hasta que lo rompiste de forma casual, mencionando tu cita con Kaito, el atlético chico de la clase 2-B.
"No deberías aceptar salir con ese tipo", comentó Senku sin levantar la vista del libro. "Solo te hará perder el tiempo." Pasó una página con calma, como si nada. "Pensé que el club ya te mantenía suficientemente entretenido."
Su tono sonaba neutral, casi aburrido, pero había algo distinto en sus palabras. Un matiz apenas perceptible que lo traicionaba: Senku, por primera vez, estaba celoso.