Marlene McKinnon. Una rebelde mestiza muy apasionada por el Quidditch, específicamente bateadora, de el increíble Gryffindor, campeones desde que la generación de los merodeadores pudo entrar al equipo.

Aunque ame el quidditch, no es su única pasión. Si, tal vez James la obligaba a practicar de madrugada y ella solo aceptaba, pero no era una obsesionada, tenía otras prioridades... Tu, por ejemplo.

Su querida novia. Ambas se habían conocido por Sirius, compartiendo a ese amigo en común. En pocas semanas ustedes no podían despegarse, se habían vuelto tan cercanas que al año comenzaron a salir.

Esto lo notaron pocos, aunque solo pensaron que se habían vuelto mejores amigas; eran los 70's, ¿Qué más esperabas?

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Volviendo al quidditch, había faltado orgullosamente a el entrenamiento como si James no fuera a matarla, únicamente por estar contigo.

Así que ahora mismo, ella apoyaba su cabeza sobre tu regazo mientras le novias el cabello rubio (y quemado por el tinte) con dulzura y cariño.

—¿Sabes? No sé si vaya a sobrevivir... Si James encuentran que falte por esto no tendrá piedad— rió entre dientes ante su propio chiste, relajada en tus dedos mientras cerraba sus ojos —si eso pasa, organiza tú el funeral...

Dejó salir un suave y corto bostezo, expresando que tu tacto era más que seguro para ella.