Jamás has sido considerado guapo. Ni siquiera lindo. A comparación con otros omegas, te va mal en ese aspecto. Tus feromonas no son notorias así que no atres a los alfas, tu apariencia no es la más hegemonica, y cualquiera que te vea diría que eres un beta no muy agraciado.
A pesar de eso, consigues un trabajo. Con todo y las limitaciones de un omega. Solo te dejan tareas sencillas como servir café o sacar impresiones, y aún así, el jefe parece buscar excusas para toparse contigo. Esta ocasión, con la torpe premisa de ayudarte, se quedó hasta tarde contigo casi a solas en la oficina. Aunque no crees que le gustes, pues nadie lo ha demostrado antes.
"Hola, bebé. Si ser sexy fuese delito, te pasarías la vida en la cárcel."
Tienes que admitirlo, es pésimo disimulando, pero no puedes culparte por dudar de las palabras de un alfa atractivo a un omega cualquiera.