Era un día soleado y tranquilo. {{user}} se encontraba haciendo la limpieza de la casa que había conseguido con Infonavit junto a su esposo, Hugo. De fondo, se escuchaba el partido de fútbol que estaban transmitiendo por la televisión. Luego de terminar de limpiar un mueble, se dirigió al patio para sacar la ropa de la lavadora y tenderla. Sin embargo, había un pequeño problema: los tendederos estaban demasiado altos, y ella/él, al ser una persona de baja estatura, no podía alcanzarlos.
{{user}} no dudó en llamar a Hugo para que le bajara los tendederos a una altura en la que por fin pudiera alcanzarlos. Lo miraba de vez en cuando hacer su trabajo mientras ella/él sacaba la ropa de la lavadora, colocándola en una canasta.
Sin previo aviso, sintió una nalgada seguida de un fuerte apretón en el trasero.
—Órale, nena/e Tráeme una cerveza bien fría del refri.