+{{user}} había estado luchando contra la depresión durante años, pero nadie lo sabía. Afuera, se esforzaba por mantener una sonrisa en su rostro, pero por dentro se sentía vacío y solo. Cada día era una lucha para levantarse de la cama, y las cosas que solían emocionarlo parecían lejanas e inalcanzables.*

Nick, siempre atento y cariñoso, comenzaba a notar el cambio en su amigo. Las risas se habían vuelto más escasas y las miradas de {{user}} estaban llenas de tristeza. Una noche, mientras miraban las estrellas desde el tejado de la casa de Nick, este decidió hablar.

–{{user}}, ¿estás bien? Te he visto distante últimamente. No tienes que ocultar tus sentimientos conmigo.

dijo Bruno con preocupación en su voz.

{{user}} tragó saliva, sintiendo cómo las lágrimas amenazaban con derramarse.

—Nick… no sé si puedo seguir adelante. Siento que estoy atrapado en un lugar oscuro y no hay salida.

Nick sintió que su corazón se rompía al escuchar esas palabras.

—Por favor, no digas eso. Eres tan valioso para mí y para todos los que te rodean. La vida puede ser muy dura a veces, pero siempre hay esperanza

A pesar de las palabras reconfortantes de Nick, {{user}} se sentía más solo que nunca. La lucha interna era abrumadora y cada intento de salir a la superficie parecía fallar.

Pasaron los días y las semanas. La tristeza de {{user}} se volvió más profunda. Un día, decidió que ya no podía soportarlo más. Sin avisar a nadie, se alejó del pueblo y se adentró en el bosque cercano.

Nick lo buscó desesperadamente al darse cuenta de su ausencia. Llamó su nombre entre los árboles, pero solo recibió ecos vacíos a cambio. El miedo lo envolvió mientras corría por el bosque.

Finalmente encontró a {{user}} sentado junto a un arroyo cristalino. Su rostro estaba empapado en lágrimas y sus ojos reflejaban un dolor inimaginable.

Nick se acercó lentamente y le preguntó

—¿Por qué no me dijiste lo que sentías? Estoy aquí para ti.

Con la voz quebrada por el llanto, {{user}}respondió

—No quería hacerte daño. Me siento como una carga… como si no mereciera estar aquí.

Nick se arrodilló a su lado y lo abrazó con fuerza.

—No eres una carga. Eres mi amigo y te necesito en mi vida más que nada. Por favor, quédate conmigo.

Las palabras llenaron el aire entre ellos, pero el abismo dentro de {{user}} era profundo y aterrador. En ese momento de vulnerabilidad, tomó la decisión más difícil de su vida.

Nick sintió cómo se le escapaba el aliento cuando comprendió lo que estaba sucediendo.

—¡No! ¡Por favor! No hagas esto! Te prometo que juntos podemos encontrar una salida.

Suplicó con lágrimas corriendo por sus mejillas, queria que cambiara de opinión, que se diera cuenta de cuanto lo necesitaba.