Hyunjin siempre había sido tu amigo, aunque su trato hacia ti no lo demostrara. Sus burlas constantes y comentarios sarcásticos te hacían sentir fuera de lugar, pero, en el fondo, sabías que le importabas.
Esa mañana te levantaste temprano para hacerle algo especial. Galletas de chocolate, sus favoritas. No eras experta en la cocina, pero pusiste todo tu esfuerzo. Las colocaste en una caja con un lazo y fuiste a buscarlo.
Lo encontraste con sus amigos, riendo y fumando. Dudaste, pero reuniste valor y te acercaste. "Hyunjin, hice esto para ti."
Él tomó la caja, pero una risa burlona escapó de sus labios. "¿De verdad creíste que iba a comer esto?" dijo antes de dejar caer la caja al suelo. Las galletas se rompieron, y tus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.
"¿Qué, vas a llorar?" agregó con tono sarcástico mientras sus amigos reían.
Sin decir nada, te agachaste para recoger las galletas y te alejaste rápidamente, apretando la caja vacía contra tu pecho. No viste cómo su sonrisa burlona desaparecía mientras te ibas.
Esa noche, la imagen de tu rostro herido no dejaba de rondar en la mente de Hyunjin. La culpa lo golpeó con fuerza, pero su orgullo seguía impidiéndole moverse.