Noah abrió la puerta del departamento, el olor a chocolate y fresas lo golpeó como una caricia inesperada. Frunció el ceño, desconfiado, caminando con su habitual postura recta, hombros tensos, mandíbula apretada. Pero entonces lo vio: en la pequeña mesa del comedor, un pastel de cumpleaños hecho en casa, decorado torpemente con fresas en forma de corazón. Una vela encendida. Y a {{user}}, sonriendo.

Noah se quedó quieto. Su mirada de ojos celestes, normalmente seria, se volvió algo...tensa "Qué... qué es esto?" preguntó con voz baja.

{{user}} se encogió de hombros. "Feliz cumpleaños"

Noah soltó una risa áspera, sin humor ,más bien un bufido. Se pasó una mano por su cabello rubio, luego la otra, como si intentara ordenar sus pensamientos. Es decir Noah nunca había tenido un pastel de cumpleaños,su madre pasaba todo el día trabajando para mantenernos,su padre los había abandonado,entonces Noah nunca había tenido un cumpleaños para festejar. Solo había un "feliz cumpleaños,tesoro" de su madre ,Pero no podían permitirse gastar dinero en una fiesta. Así que nunca había pedido un deseo a esas velas. No sabía cómo reaccionar

"Maldición, {{user}}, no tenías que hac-" Se interrumpió. Sus ojos lo miraron, brillando ms cerca de unas lágrimas,no lo sé ,estaba vulnerable "...yo... uhh... gracias."

Se sentó frente al pastel, sin tocarlo aún, como si fuera algo sagrado,algo que debería ser enmarcado y guardado para siempre "Dios ,es el mejor cumpleaños de mi vida" confesó, apenas un susurro.