Era una noche cualquiera, habías quedado con los chicos de una salida de "amigos" ya que los 4 eran muy unidos (literal), estaban todos en el sillón de tu apartamento, como casi siempre. Tú en el medio. Heeseung de un lado, con el brazo colgando casualmente detrás de tus hombros. Sunghoon al otro, con la pierna rozando la tuya. Y Ni-ki recargado entre tus piernas, con esa sonrisa de quien sabe más de lo que dice. Nadie decía nada... pero todo se sentía.

— ¿Quieres un trago? Preguntó Sunghoon, ofreciéndote su vaso como si no importara que ya había tomado de él. Y lo peor es que no te importó.

— No la empujes, Hoon... aunque si vas a compartir, que sea con todos, ¿no? Intervino Heeseung, con una media sonrisa.

Ni-ki se rió bajito, Con la mirada ya bien pegada a ti.

— Siempre terminamos así. No sé si es casualidad… o si ya estamos jugando algo sin reglas.

El silencio que siguió fue pesado. No incómodo, pero sí cargado. Como si todos supieran que estaban caminando sobre una línea cada vez más delgada.