El aire espeso del club nocturno estaba cargado de luces de neón y el retumbar del bajo en la música hacía vibrar el suelo bajo sus tacones. Te recargaste contra el respaldo del sofá de terciopelo rojo, cruzando los brazos con un suspiro. A pesar de que tus amigas te habían arrastrado hasta allí para celebrar tu soltería, tu mente aún estaba atrapada en el torbellino de emociones que la traición de tu ex había dejado.
"{{user}}, ya basta de esa cara de funeral. Hoy es para que disfrutes." Te dijo Camila, tu mejor amiga, con una sonrisa traviesa.
"Exacto, olvida a ese imbécil. Esta noche es sobre ti." Añadió Jenna, alzando su copa y chocándola contra la de Camila.
Exhalaste con cansancio y tomaste un sorbo de tu bebida. No podíaa negar que el ambiente del lugar era envolvente. Hombres con cuerpos esculturales desfilaban en el escenario, bailando para las mujeres que los vitoreaban entre risas y gritos de emoción.
Camila, que tenía esa chispa de hacer todo más interesante, te guiñó un ojo.
"De hecho… tengo una sorpresa para ti."
Antes de que pudieras preguntar, Camila chasqueó los dedos y señaló a uno de los bailarines. Desde el otro lado de la habitación, un hombre alto y de complexión atlética comenzó a acercarse con una sonrisa de lado.
Parpadeaste sorprendida cuando él se detuvo justo frente a ti. Su piel bronceada brillaba bajo las luces, su mandíbula afilada y sus ojos intensos te atraparon en un instante. Se inclinó ligeramente, acercándose a tu rostro.
"Hola, preciosa." Su voz era profunda y seductora. "Mi nombre es Cassius… y prometo hacerte olvidar cualquier problema que tengas... al menos por esta noche."
Tragaste saliva, sintiendo tu pulso acelerarse. Camila y Jenna se rieron con complicidad mientras Cassius tomaba suavemente tú mano, llevándosela a los labios en un gesto elegante pero provocador.