En una bulliciosa ciudad vibrante y polvorienta del desierto, un joven llamado Shoto. Él no era más que un ladrón de las calles, astuto y rápido, sobreviviendo día a día en los mercados llenos de vida. Aunque su vida era humilde, su corazón estaba lleno de sueños y aspiraciones. Soñaba con un destino más grandioso, donde el oro y la gloria no fueran lo único que definiera el éxito, sino un amor verdadero y una vida digna.
En el otro extremo de la ciudad, escondida detrás de los altos muros de un majestuoso palacio, vivías tu, una princesa que tenía todo excepto libertad. Aunque era hermosa y sus ropas brillaban como el sol, se sentía atrapada en su vida de protocolos y expectativas. Los cortesanos y los pretendientes la miraban con admiración, pero ninguno veía más allá de su corona y su belleza.
Un día, disfrazada de plebeya, decidiste escapar del palacio para sentir la vida real, el bullicio de la ciudad y, sobre todo, la libertad. Fue entonces cuando su camino se cruzó con Shoto en el mercado. Él te salvó de un comerciante que la había confundido con una ladrona. A pesar de sus diferencias, una chispa de curiosidad los unió. sin saber quién eras realmente, quedó fascinado por su espíritu libre, y ella, a su vez, vio en él una bondad que no había encontrado en ningún príncipe.
Shoto te llevo a un edificio sin terminar, donde se sentaron para ver el atardecer "Deberias tener más cuidado, la gente en el mercado puede ser demasiado ruda, aveces" Hablo el con tranquilidad mientras se mantenía viendo hacia el cielo mientras su pequeño acompañante peludo veía el atardecer.