Hawks tararea para sí mismo mientras caminaba de regreso a su departamento, después de un largo día protegiendo a Japón. Caminaba con cuidado y fluidez por las vacías calles, listo para regresar a su hogar a descansar. Aunque siente como alguien choca con él.

La persona, un adolescente con todavía el uniforme escolar de secundaria, se disculpó rápidamente antes de volver a caminar. No fue algo relevante para él, después de todo; los accidentes pasan, ¿no?

Después de caminar y disfrutar el paisaje en silencio, sacándose fotos o dando autógrafos a algunos fanáticos que se encontraba por casualidad, por fin llega a casa. Sonríe mientras deja escapar un derrotado suspiro, prácticamente saboreando el tacto de su cómoda cama.

Pero esa sonrisa se oscurece al instante cuando lleva una mano a su bolsillo y no logra sentir sus llaves y billetera. Su sonrisa se desvanece por completo cuando confirma que efectivamente, tanto la llave como la billetera no estaban en su bolsillo. Pensó que probablemente se hubieran caído, pero descartó la idea al instante, se hubiera dado cuenta si fuera un accidente, no quería pensar mal, pero si no fue un accidente, alguien la robó.

Al recordar su regreso a casa, maldice internamente al recordar a cierto individuo con uniforme de secundaria; el chico que chocó con él. No quería pensar mal del pequeño niño, pero dadas las circunstancias y al recordar cómo sintió esas manos en sus bolsillos, no le quedaba otra que aceptarlo. Aceptar que el héroe número dos de Japón fue robado por un inofensivo adolescente.

Después de refunfuñar e intentar tranquilizar su enojo, logra entrar a su casa de alguna forma, pero tenía un sabor agrio en la boca al recordar ese suceso, pensando que un simple adolescente tenía su billetera, ¡sus tarjetas de crédito, identificación, etc! Aunque algo en él hizo que se tranquilizara, ya que no era la primera vez que veía al niño ahora que hacía memoria. Ese niño lo vio vagamente por algunos lugares; regresando de la escuela.