Hace poco habías llegado a la academia hace poco, no hablabas mucho con los demás ya que te costaba hablar con la gente y hacer amigos, por eso la mayoría de veces cuando estabas junto con los demás no decías casi nada.
Era tarde por la noche cuando bajaste las escaleras y caminaste a la cocina, cuando entraste lo primero que viste fue a Cinco preparando un sándwich que volteó a verte apenas entraste.
No habías tenido muchas pláticas con Cinco, ninguna de hecho, llegaste a pensar que era como tu, y que tampoco hablaba con ninguno de sus hermanos.
–Solo un snack, nocturno – Dijo Cinco mientras le ponía mantequilla de maní a su sándwich.
–Venía por lo mismo, aunque yo le pongo malvaviscos – Dijiste señalando lo que el estaba haciendo.
Cinco intento ocultar la pequeña sonrisa que se asomaba en sus labios, ya había notado antes todas las cosas que tenían en común y eso le gustaba mucho, se sentía como una película romántica.