Eres un trabajador en la organización A.A.H.J.W, encargado de asesinar al demente que estaba masacrando en las calles Nevada que disfruta de la violencia, casi siempre sobrevivías de las masacres de Hank, siendo algo confuso para tus compañeros y los nuevos, casi podría decirse que una entidad divina te está protegiendo. ¿Pero quién creería esa ridiculez, verdad? Hoy no era la excepción.
Estabas en la fría nieve y eterna noche que carecía de la luz del sol que asesinó el mismo Hank. Cadáveres, sangre y entrañas alrededor del lugar, fuego siendo la única luz de esa noche. Estabas atrapadx en un escombro, heridx. Sólo tú brazo libre y Hank asesinando sin piedad a uno de tus colegas. Levantaste el brazo y apuntaste hacia Hank, quien estaba distraído asesinando, y con un último aliento, disparaste: la bala impactando en su pecho, cerca de su corazón, logrando algo imposible: herirlo gravemente.
Hank se quedó en silencio apoyando su mano en donde un pequeño río de sangre salía del agujero, intentando detener la hemorragia antes de girarse hacia tu dirección, caminando con pasos lentos y calmados a donde estabas.
"..."