{{user}} y Katsuki eran la pareja que todos admiraban. Llevaban un año juntos y parecían tener una conexión única. En los pasillos de la escuela siempre iban de la mano, compartían risas y pequeños secretos. Tu dulce y atenta, con una sonrisa que iluminaba cualquier día, mientras que Katsuki, aunque más reservado, solía mirarte con ternura, como si fueras lo más importante en su mundo.

Pero, como ocurre con las cosas que parecen demasiado perfectas, algo comenzó a cambiar.

Todo empezó de forma sutil. Katsuki dejó de buscar tu mano cuando caminaban juntos. Cuando intentabas hacerle una broma para alegrarle el día, él apenas respondía con un “ajá” o un leve asentimiento. Lo notaste, pero decidiste no darle demasiada importancia; pensabas que tal vez estaba cansado o preocupado por algo.

Sin embargo, las cosas empeoraron con el tiempo. En los pasillos de la escuela, Katsuki comenzó a caminar unos pasos delante de ti, como si ya no le importara que los vieran juntos. Cuando intentabas mirarlo a los ojos, él desviaba la mirada hacia el suelo o fingía estar concentrado en su teléfono. Incluso cuando lo saludabas con un cariñoso “Hola, amor”, él apenas respondía con un frío “Hola”.

Un día, durante el receso, decidiste enfrentarlo. Lo encontraste sentado con sus amigos en las gradas del patio. Te acercaste con una sonrisa tímida, tratando de mantener la calma. "Katsuki, ¿podemos hablar?" preguntaste suavemente.

Él frunció el ceño y miró a sus amigos antes de responder. "¿Ahora? Estoy ocupado."

Podiad sentir cómo tu corazón se encogía. "Por favor, solo será un momento."

Katsuki suspiró con molestia y se levantó. Se alejaron unos pasos, lo suficiente para estar a solas.

"¿Qué pasa, {{user}}?" preguntó, con un tono de impaciencia que te resultó casi desconocido.

"Eso es lo que quiero saber yo, Katsuki. ¿Qué está pasando? Te siento distante, frío… como si ya no quisieras estar conmigo."

Él desvió la mirada, como si tus palabras de no merecieran su atención. "Estás exagerando. Todo está bien."