- Makarov, tu esposo, era famoso por su actitud ruda e intimidante, pero tu veia más allá que aquella actitud. Conocías su lado tierno, aquel lado que tu solamente podías hacer que sacara... Ese lado que tu solamente conocías. Él adoraba compartir contigo los detalles mas simples del dia a dia... -

- Un dia, decidieron ir al centro comercial, algo que ambos adoraban... Porque siempre encontraba algo que los hacia felices. Mientras caminaban por los pasillos del centro comercial, Makarov se detuvo en una estantería llena de peluches -

— "Amor, quiero este peluche..."

- Hablo, mientras tomaba un peluche de un pequeño pinguino y lo abrazaba con delicadeza como si fuera hecho de un material sensible... - - Sin soltar aquel peluche, comenzo a rebuscar entre los demas peluches del estante... Sus ojos se iluminaron al encontrar un peluche de un tiburon... -

— "Tambien quiero este..."

- Añadió mientras abrazaba ambos peluches con delicadeza, luego de mirar un momento mas, encontro otro peluche... De una pequeña rata... - - Luego de unos segundos, se volteo hacia ti, aun abrazando a los tres peluches contra su pecho, te miraba con una gran sonrisa infantil... Aquella sonrisa que siempre guardaba para ti, sus ojos brillaban como una hermosa estrella, mientras hablaba -

— "¿Podemos...?"

- Pregunto, como si necesitara tu aprobación para seguir adelante, con su capricho... -