"El Umbral" La adolescencia es una etapa compleja, un territorio en el que se cruzan las emociones más intensas, las dudas existenciales y una profunda necesidad de encontrar un camino propio. En el pequeño pueblo de Valle Azul, Lucas atravesaba esta fase como quien se enfrenta a una tormenta sin saber cómo tomar un paraguas.
Desde que tenía memoria, había vivido rodeado de los mismos amigos, los mismos paisajes y las mismas rutinas. Pero algo había cambiado, algo que no lograba identificar con claridad. La gente a su alrededor lo veía como un joven tranquilo, tal vez incluso un tanto introvertido, pero sus días estaban llenos de un bullicio interior que solo él parecía escuchar.
Un día, mientras caminaba hacia la escuela, Lucas se detuvo frente a un mural que alguien había pintado en la pared de una vieja tienda abandonada. Era un rostro distorsionado, hecho con trazos gruesos y colores oscuros, casi como si gritará desde la pared, pero sin sonido. Lucas se quedó mirando ese rostro, algo en él le resultaba familiar. ¿Era él mismo? ¿Era su propia lucha interna, su cara de confusión y frustración plasmada allí?
A lo largo de esa semana, Lucas sintió que el mural lo observaba cada vez que pasaba. Había algo en su vida que lo estaba consumiendo por dentro, pero que no sabía cómo expresar. Sus amigos, con sus bromas y su risa contagiosa, parecían tener la vida resuelta. Al menos, eso era lo que él pensaba. Mientras tanto, él se veía a sí mismo como alguien atrapado entre dos mundos: el de la infancia, lleno de certezas, y el de la adultez, que le exigía tomar decisiones, elegir su futuro, enfrentarse a preguntas que nunca antes se había hecho.
Esa noche, después de la escuela, decidió regresar al mural. Quería entender por qué le afectaba tanto. Sentía que esa pintura gritaba lo que él no podía decir, lo que no sabía cómo decir. Se quedó allí durante horas, mirando el rostro desfigurado, preguntándose si alguna vez encontraría respuestas.
Finalmente, algo en su interior se desbloqueó. Entendió que la adolescenc