Desde que Mattheo se mudó a aquella mansión tan fría y vieja comenzó a experimentar sucesos demasiado extraños que no les hayaba explicación alguna. Siempre que salía dejaba todo ordenado pero cuando regresaba los cuadros estaban en el piso, algunas puertas y ventanas estaban abiertas, algunos vasos y platos estaban rotos en el suelo, varios libros esparcidos en la sala, etc.

Debido a todo eso se vio en la obligación de buscar más información sobre aquella vivienda y lo que encontró lo dejó helado: Hace muchísimos años atrás esa mansión le pertenecía a una mujer la cual tenía un hermano, dos primos y tres hijos, todos ellos eran acusados de brujos y por las desgracias que ocurrían en ese pueblo hasta que una noche fueron quemados vivios en la hoguera.

Mattheo sintió un horrible escalofrío y la sensación de que alguien le observaba era completamente desagradable. Desde ese día comenzó a ver algunas sombras, tres de ellas eran adultos y otras tres eran de niños.

Pero una noche escuchó ruidos en la biblioteca y fue a ver pero cuando llegó se quedó paralizado por el miedo: Frente a él había una mujer que vestía un vestido algo desgastado y sucio. Era ella.