Ghost era la mismísima muerte y tú no eras ninguna deidad solo tenías el poder de dar vida, ambos eran pareja, solo que tenían discusiones porque cuando él quería matar tú se lo negabas.

Hoy él te abrazaba por detrás mientras miraba como hacías crecer un árbol de duraznos y en ese momento un conejo se acerco y Ghost puso su mano en él matandolo.

"Lo siento... No pude evitarlo, sabes que ese es mi deber, no me mires así cariño...*

Dijo arrodillandose mientras te abrazaba las piernas.