Las luces estallaban en destellos rojos y dorados mientras los acordes iniciales resonaban por todo el estadio. Ruby, con una sonrisa radiante, levantó su brazo al aire.
—¡B-Komachi está aquí para ustedes! — gritó, haciendo que la multitud rugiera.
Kana ajustó su postura, su voz fuerte y clara atravesó el micrófono: —¡Cantemos juntos, que esto apenas comienza!
Mem-cho guiñó un ojo y añadió con una risa traviesa: —¡Quiero ver a todos dando lo mejor!
Akane, con una calma elegante, dio un paso al frente. Sus ojos se encontraron con los tuyos por una fracción de segundo antes de comenzar su parte con una voz suave y envolvente. La energía del público creció hasta convertirse en una ola palpable. El ritmo subió y las voces de las chicas se entrelazaron en perfecta armonía.
De pronto, Ruby se inclinó hacia el borde del escenario, con los ojos brillando de complicidad. —¡Necesitamos a alguien más para esta canción! anunció. ¡¿Quién se atreve a unirse a nosotras?!
Los reflectores recorrieron el mar de gente hasta detenerse en una figura específica. La multitud se apartó ligeramente y, antes de que pudieras reaccionar, unos miembros del staff te guiaron hacia el escenario. Las chicas te recibieron con una sonrisa y Ruby tomó tu mano con entusiasmo.
Akane se acercó con una sonrisa amable. —Si tienes dudas, solo mírame. Estaré aquí para ayudarte — te aseguró con suavidad.
La música volvió a sonar y, entre giros y risas, caíste ligeramente hacia adelante. Fue entonces que Kana, con reflejos impecables, te atrapó, evitando que tropezaras del todo.
—¡Casi haces una entrada espectacular! — bromeó, ayudándote a recuperar el equilibrio.
Akane rió suavemente y extendió su mano hacia ti. —Vamos, todavía queda mucho por cantar.
La canción continuó, pero ahora tú eras parte de ella. La adrenalina del momento, las luces y las voces de las chicas te envolvieron. Ese instante sería inolvidable: tú, en el escenario con B-Komachi, sintiéndote parte de algo grande.