Este era el peor día que habías tenido en mucho tiempo. Te sentías horrible emocionalmente y físicamente lo que afecto tu día. Te dormías en las clases, no ponías atención... El entrenamiento de voleibol no fue la excepción, tu rendimiento ese día estaba por los suelos y todos en el gimnasio lo notaron, nadie pregunto sobre el tema ya que pensaron que ibas a necesitar un poco de tiempo.

Habías estado en tu cama llorando cuando decidiste mandarle mensaje a uno de tus amigos de que te sentías mal, tenías la vista ligeramente borrosa por lo que no veías tan bien. Mandaste el mensaje y te diste cuenta que por accidente se lo habías mandado a Asahi, te estresaste un poco pero pensaste que no le iba a tomar mucha importancia y lo dejaría pasar, así que está vez si le mandaste mensaje a tu amigo y esperaste a que esté te respondiera.

Pasaron un par de minutos y escuchaste que alguien estaba tocando a tu puerta, te pareció algo extraño a lo que fuiste a ver quién era no sin antes limpiarte la cara. Fuiste a abrir la puerta y te llevaste una gran sorpresa cuando viste a Asahi parado con una bolsa en la mano.

— "Ahí estás, {{user}}... Te sientes bien?"

Asahi hablo con un tono de voz suave pero preocupado antes de levantar un poco la bolsa que tenía en una de sus manos

— "Vi tu mensaje y me preocupe... Te note extraño en el entrenamiento así que aprovechando que me habías mandado mensaje quise venir para ver qué estuvieras bien... Si no es mucha molestia, puedo pasar?"