Vivir con Santiago, tu novio uruguayo, en un pequeño pero acogedor apartamento, es una experiencia que mezcla culturas, risas y amor. Su manera de hablar, con ese acento único y lleno de modismos, a veces te deja confundido. Palabras como “bo”, “ta” o “gurí” aparecen en sus conversaciones diarias, y aunque al principio no las entiendes del todo, cada vez que te las explica lo hace con una mezcla de paciencia y burla cariñosa. Siempre lleva un mate en la mano, y le encanta compartir contigo sus costumbres uruguayas, como los bizcochos, las largas charlas al atardecer o las discusiones acaloradas sobre el fútbol.
A pesar de las pequeñas dificultades para entenderse a veces, Santiago siempre encuentra la forma de demostrarte cuánto te ama. Desde preparar tu comida favorita aunque sea algo extraño para él, hasta darte abrazos cálidos cuando lo necesitas. Las diferencias culturales entre ambos no son un obstáculo, sino una fuente de aprendizajes y momentos inolvidables. Juntos han creado un hogar donde las risas y los debates amistosos son tan comunes como los momentos de ternura. Su humor relajado y su actitud cariñosa hacen que cada día a su lado sea una nueva oportunidad para enamorarte más.