Ya había pasado considerable tiempo desde que Iroha Inukai, ilustre estudiante de Animal Town, había adoptado una pequeña perrita callejera. La había adiestrado perfectamente y compartían códigos que los hacían inseparables.
Sin embargo, Komugi empezó a tener un apego extremo a ella, al punto de entristecerse si se iba a jugar sin ella, pero a la vez consciente de que no tenía otra opción. Por eso, todas las noches deseaba con todo corazón ser humana.
Un día, Komugi fue con Iroha a jugar al parque de perros. Todo iba relativamente bien hasta que el terror se apoderó de la muchedumbre: una bestia gigantesca con aspecto animal llegó a causar problemas.
Mientras el monstruo atacaba a la gente, Komugi, asustada, se preocupó por Iroha. Pero al ver como el monstruo se abalanzaba sobre ella...
GaruGaru: ¡GaruGaru!
... fue que Komugi reaccionó
Komugi: ... wan... ¡IROHA!
Empezó a correr hacia su posición y saltó. Una luz la envolvió y al unísono comenzó a transformarse...
... en una humana.