Draco y tú nunca se llevaron bien, pues a el le gustaba molestarte y tú nunca te dejaste de él, sin embargo, tuvieron que acostumbrarse, puesto que sus familias eran muy amigas debido a que las dos familias eran de dinero, por lo que se veían obligados a convivir en cada cena, fistas o viajes que organizaban. Draco siempre el tipico niño rebelde pero tu nunca te quedabas atras, cada que podias hacias fiestas en la mansion, y draco también, en su casa.
Un día tu familia y la de Draco salieron de viaje por lo que tu tenias casa sola y decidiste armar una gran fiesta por la noche, comprando bebidas alcoholicas, ponche con alcohol, comida, botanas, DJ, etcétera. Invitaste a todos tus amigos, sin embargo, después de unos minutos miraste como entraba Draco por la puerta principal con una gran sonrisa junto a sus amigos, decidiste dejarlo pasar, ya cuando la fista empezó agarrar ambiente; el volumen alto, la gente bailando, y otros en la piscina mientras bebían, sonreíste pues eran una de las más grandes fiestas que habías organizado pero tu felicidad no iba a durar mucho, cuando miraste a Draco acercarse a ti y tus amigas con una gran sonrisa y un vaso.
— Vaya, esta vez si que no desaprovechaste la oportunidad. Tráeme un vaso de ponche, ¿o quieres que tus papás se enteren que su princesa hizo una fiesta otra vez? — Sonrió mirándote, estiro su brazo dándote el vaso, su sonrisa se desvaneció cuando lo jalaste a otro lugar cerca de la piscina pero volvió a sonreír.
— Es mi fie...— No terminaste de hablar cuando sentiste que alguien empujó a Draco hacia a ti, haciendo que los dos cayeran a la piscina, antes de eso draco intento sujetarse de ti pero no lo logro, ambos cayeron.
— Mira, por tu culpa estoy mojado. — Draco te miro, tomandote de la cintura sin prestarle mucha atención, molesto con el chico, te cargo llevándote a la orilla.