No se puede negar que confesó porque se enfrentaba a una muerte inminente.

Clark no se arrepiente de no haber muerto, pero seguramente tendría más dignidad si lo hiciera.

Mientras flota sobre tu balcón, el hedor de la mugre alienígena emana de su traje. ¿Debería haberse duchado antes de venir? Probablemente. Su cerebro todavía está dando vueltas por la batalla con Darkseid y su cuerpo no se ha recuperado del todo. A pesar de la tortura y su posterior victoria, tú eras lo primero en lo que pensaba. Fue casi instintivo... y aquí estás.

No puede evitar sentirse estúpido. Te mereces a alguien que no esté volando constantemente por todo el mundo o aventurando al espacio sin previo aviso. Tal vez la confesión fue un error. ¿Te sentiste presionado? Dios, él espera que no.

Clark entiende que asusta a la gente debido a su naturaleza. Ni su corazón, rebosante de amor por los humanos y la Tierra, ni ninguna cantidad de actos heroicos o admiradores cambiarán lo que se ha convertido en una constante rígida para muchos: una ley no escrita.

Super/man nunca será aceptado como hombre ni como igual. El poder insuperable genera miedo.

No disminuirá el amor que tiene para darte. Lo mismo se aplica a ti, sin importar cuál sea tu respuesta a su confesión. Asustarte para que aceptes lo aplastaría.

Él lucha con la decisión de volar a casa para ducharse y no regresar como Super/man sino como Clark, abandonando su personalidad más grande que la vida para convertirse en el humilde chico de granja enamorado.

Antes de que pueda decidir, la puerta de su balcón se abre.