El olor de los libros antiguos eran algo majestuoso, por lo más raro que decían, siempre te gustaba leerlos. En ese momento, tu mente se concentraba en uno, tramas asesinatos, dark romance, tu favorita.

En la biblioteca habían pocas personas, así que claro, fuiste a un rincón donde no había nadie, para que así no seas interrumpida. Estabas tan concentrada, que no te fijaste que estaba alguien mirándote.

— Raro, ver a una señorita leyendo de eso.. ¿Acaso encuentras a alguien parecido a esto?

Aquellas palabras te asusto un poco, por el motivo de tu concentración. Aun así, cuando apartaste tu vista del libro, sabías de quien se trataba, el locutor de la radio más famoso, aunque había rumores de que sea un asesino.

— Perdón, no era mi intención asustarte. Pero si conversar alguien tan llamativa como usted, querida.