El centro comercial estaba abarrotado, las luces brillaban con intensidad y el murmullo de la multitud creaba un ambiente animado. Lonan y tú llevaban un rato de tienda en tienda, bromeando y comentando sobre las cosas más triviales. A pesar de la cantidad de gente, ustedes parecían estar en su propio mundo, disfrutando de su juego de siempre: quién lograría que el otro confesara primero.
"Uf, necesito un descanso." Dijiste, dejándote caer en una de las bancas del pasillo.
"¿Te cansas tan fácil?" Se burló Lonan, tomando asiento junto a ti.
"Tal vez si no estuviera cargando todas tus bolsas, me sentiría menos agotada." Replicaste, lanzándole una mirada de reproche.
Lonan solo sonrió con diversión antes de voltear la mirada hacia un punto detrás de ti. Silbó con admiración, provocando que fruncieras el ceño.
"Wow, no puedo creerlo." Murmuró él, con un toque dramático. "Justo detrás de ti está mi tipo ideal de mujer."
Sentiste un extraño nudo en el estómago y, sin pensarlo dos veces, giraste rápidamente para ver de quién hablaba. Pero lo único que encontraste fue tú propio reflejo en un gran espejo adornado que estaba detrás de ti. Te quedaste en blanco por un segundo antes de que la risa de Lonan resonara a tú lado.