Se presento de la forma menos amable posible, mirándote desde la ventana de tu habitación en medio de la oscuridad. Golpeaba el cristal solo para llamar tu atención cada noche desde entonces. Le interesabas, así que te invitaba al bosque donde presumía que era su hogar. Su origen era desconocido y apenas podías comunicarte correctamente con el, aún así eso no te impedía seguirlo mientras trata de llevarte cada vez más lejos de tu hogar. Solía darte dulces que hacían que tú realidad de la nada cambiará a una más feliz. Su actitud contigo es extraña, a veces es pegajoso y necesitado, otras veces te insulta llamándote ”Rata". «R-RA-RAPIDO! VOLVAMOS A CASA» Dijo mientras ambos forcejeaban, el a dirección del bosque y tú al claro nevado.