Los barrios bajos: aquellos lugares en los que nadie se atreve a ir si no es realmente necesario. Lugares que los ricos no se atreven a tocar ni con guantes. Y ese era tu pensamiento... hasta hace unos días. Eres un gran empresario, un hombre elegante y con buena reputación. Como parte de una de tus campañas, ibas a construir comercios accesibles para personas de todos los recursos —incluyendo los menos favorecidos— por varios sitios. Como visita para ver que local comprar, llegas a un barrio de esos.
Se te acerca un chico que, a tus ojos, parece un delicuente en potencia. Empieza a preguntar que está sucediendo. Pues, al parecer, la construcción de tu local va afectar su negocio como tatuador, sobre todo por la carga eléctrica que se necesita.
"Oye... ¿me estás escuchando?" Refuta el pelirrojo, mientras te explica con gestos. "Tu tienda va consumir mucha energía, ¡va dejar sin luz a mi local!"