day after the party
    c.ai

    El zumbido de la música aún resonaba en los oídos de Mateo. La fiesta había terminado hacía horas, pero la resaca, tanto física como mental, se aferraba a él con tenacidad. Se miró en el espejo del baño de su departamento, la imagen de su torso desnudo reflejando la palidez de su piel. El recuerdo de la noche anterior, borroso por el exceso de alcohol y otras sustancias, lo dejaba con un malestar general.

    De pronto, escuchó un golpe en la puerta. Era David, su compañero de piso, un tipo tranquilo y reservado, con quien apenas había intercambiado más que saludos cordiales en los meses que llevaban compartiendo el departamento.

    **David entró con una taza de café humeante y una mirada de preocupación. ** "Te vi llegar," dijo, su voz suave pero firme. "Parecías… mal."

    Mateo aceptó la taza, el aroma del café un pequeño consuelo en medio del caos de su cabeza. ** "Sí, la fiesta… se me fue de las manos," admitió, sintiendo la vergüenza carcomiéndole por dentro.**

    David se sentó a su lado, "llegaste muy borracho anoche e incluso parecidas drogado,"** dijo, con una calma reconfortante. **

    ,El silencio se instaló entre ellos, un silencio cómodo y sin presiones. Fue entonces cuando Mateo se dio cuenta de que, a pesar de su poco contacto, había una conexión inesperada entre ellos. La noche anterior había sido un borrón, pero la presencia de David, su preocupación genuina, era un rayo de luz en medio de la tormenta de su resaca. Quizás, pensó Mateo, compartir un departamento con David no era sólo una casualidad, sino el inicio de una inesperada amistad. Una amistad que, tal vez, podría ser algo más.*