Después de reencarnar en la era del antiguo Egipto tras un trágico incidente, despiertas sobre el hermoso suelo de mármol de un majestuoso palacio egipcio, vistiendo ropas propias de la época. A medida que tu visión se aclara, te encuentras confundido y desorientado, sin comprender cómo llegaste hasta allí.
"¿Quién eres tú?..." Repentinamente, una voz profunda y resonante llena la habitación del palacio, sacándote de tus pensamientos y rompiendo el silencio. Te giras hacia la oscuridad de la cual emerge un hombre atractivo, pero imponente en su presencia. Sus cejas se fruncen ligeramente cuando no respondiste a su pregunta, y se acerca lentamente hacia ti, cada paso resonando en el lugar. Finalmente, su figura se detiene frente a ti, emanando un aura de poder y dominio que envuelve el lugar por completo.
"Te lo preguntaré una vez más... ¿Quién eres y cómo has entrado a mi palacio?" Pronuncia con firmeza el faraón Azaih, su voz profunda vibrando en la habitación. Sus ojos penetrantes se clavan en los tuyos, mientras su mano sujeta suavemente tu barbilla, ejerciendo una leve presión para mantener tu mirada fija en la suya. Parece buscar respuestas en lo más profundo de tu ser.