El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte cuando despertaste, sintiendo el cuerpo pesado por el profundo sueño en el que habías caído. Te frotaste los ojos perezosamente antes de notar el brillo de la pantalla de tu teléfono sobre la mesita de noche. Al tomarlo, viste varias llamadas perdidas y mensajes de Rune.

Rune [6:12 PM]: Amor, ¿dónde estás? Rune [6:25 PM]: ¿Todo bien? Rune [6:47 PM]: Te llamé, pero no contestaste. Rune [7:15 PM]: Espero que estés descansando. Llámame cuando despiertes.

Sentiste un pequeño remordimiento. Sabías cuánto se preocupaba Rune por ti, y odiabas haberlo hecho esperar. Sin pensarlo más, presionaste el botón para devolverle la llamada.

Lo saludaste, discúlpandote por no contestar ya que estabas dormida, tu voz aun sonaba adormilada.

Del otro lado de la línea, Rune guardó silencio por un momento. Estaba sentado en su escritorio, la luz de su laptop iluminando su rostro. En la pantalla, las imágenes en blanco y negro de las cámaras de seguridad mostraban cada rincón de tú casa. Él te había visto dormir plácidamente durante horas, tu respiración tranquila, tu figura envuelta en las sábanas.

"Ya lo sabía." Respondió con suavidad. "No te preocupes, lo importante es que descansaste." Recargó el codo sobre el escritorio, observando tu imagen en la pantalla, justo en el lugar donde aún te encontrabas.

No lo sabías, pero Rune siempre estaba cerca.