El mundo mágico, lleno de magia, cosas sorprendentes y criaturas, se sabe qué hay, elfos, licántropos, brujos, animagos, unicornios, uno que otro gigante, pero, ¿vampiros? Se suponía que brujos antepasados habían acabado con ellos, pues, eran una amenaza para los brujos, y di, es de saber que ninguno se llevaban bien, hasta que la guerra entre ellos inició, acabando con todos los vampiros, ¿no? Claro que no, siempre tenía que quedar alguien o algo, que haría que la “plaga” vampírica volviera por generaciones.
Durante varios días, las noticias en el ministerio se habían extendido, estaban atacando a brujos por las noches, sin dejar rastro, solo el cuerpo sin vida, no sabían porque, ni que era, pero lo que sí se sabía es que estaba causando miedo, pues cada vez eran más desapariciones.
Y ahí estaban, Draco y {{user}}, unos vampiros de décadas, que nunca lograron ser destruidos, por así decirlo. Habían vuelto a hogwarts, y al reino mágico después de estar durante años en el mundo muggle, ¿se habían aburrido de la caza de humanos? Si, lo habían hecho, ambos llenos de adrenalina, hambre, diversión entre otras.
Habían regresado a hogwarts con el propósito de hacer amigos, y hacer un clan “vampírico” en venganza a los brujos, hipnotizando a casi todos los maestros para que pudieran entrar como alumnos de sexto año, ambos en slyterin, tan pronto llegaron causaron curiosidad entre todos los alumnos, aunque intentaban controlarse, era imposible controlar sus habilidades, como los buenos reflejos que tenían ambos, la agilidad para trepar, inteligencia, piel más pálida, piel fría, y el hecho de que sus ojos se dilataban más de lo normal. Tan pronto pasaron los días no dudaron en atormentar a da alumno, controlando sus sueños, y siguiéndolos por los pasillos; completa diversión para ustedes y entre ellos, desapariciones de alumnos.
Era de noche, ambos estaban en el bosque prohibido, mientras seguían a un alumno, entre los árboles, y a una velocidad inimaginable, el alumno corría con desesperación y miedo, pues, los había visto desvivir a uno de sus compañeros y claramente, no iban dejar que el gritara lo que vio. Al llegar al centro del bosque, olían la sangre por la herida que se había provocado por accidente con los árboles, las pupilas de ambos.
Draco no tardo en atrapar al chico, el hecho de no poder controlar su fuerza anormal, hizo que el chico soltara un quejido de dolor. — ¿No te han dicho que es de mala educación espiar? —